
Sagar(manzana), sagardo(sidra) y sagardotegia(sidrería) son tres de las pocas palabras que conozco en euskera. Todas ellas las he aprendido gracias a mi colega Carlos Varona y a sus amigos.
Uno de ellos es Iñaki Irigoien, el propietario actual de la sidrería Irigoien en Astigarraga. Iñaki es tan majo como buena es la sidra que elabora, y el acompañamiento sólido que ofrece no le va a la zaga: tortilla de bacalao, bacalao frito con pimientos, chuleta y queso con membrillo y nueces, lo que viene siendo, hasta donde yo sé, un menú típico de sidrería en Guipúzcoa.
Antiguamente, la sidrería Irigoien estaba dentro de Astigarraga y era conocida como Herrero. Era un caserío pequeño, con sabor añejo y olor a historia. Si soy sincero, debo reconocer que aquella sidrería tenía encanto y, aunque las nuevas istalaciones son estupendas y tratan de conjugar tradición y modernidad, les falta el toque que sólo el paso de los años le da a estos lugares.
Salud y roncanrol!