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La pregunta es, ¿habrá algo que no esté bueno en este sitio?
Cuando este año me preguntaron donde quería cenar con los compañeros de trabajo en Navidad, respondí ¡Donde el año pasado!. Y se lo tomaron tan al pie de la letra que no cambió ni el menú.
Las croquetas tienen lo de siempre, que cuando son buenas la ración se queda muy corta. Y lo mismo pasa con los pimientos rellenos de txangurro, las setas gratinadas y las tostas de foie.
Los segundos están todos ricos. Yo he comido cordero asado y perdiz escabechada, pero la verdad es que siempre me quedo con ganas de tomar la carne roja.
Como yo no soy de postres, pasamos directemente al Baines con hielo o al Bombay Sapphire con tónica, porque cuando se come bien es necesario terminar con una buena copa.
¡Jefe! El año que viene no me preguntes, que ya sabes donde quiero ir. ¡Salud y rocanrol!
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